Johnny Alberto Salazar
NAGUA.-Este martes, el cuartel de la Policía Nacional de esta población fue motivo de atracción, pero no porque como en otros días amanecería repleto de motoristas y otros conductores violadores de la ley.
Ni tampoco porque fuera puesto bajo arresto en nombrado Robert Luciano, aquel confeso vendedor de sustancias prohibidas que había jurado ante Dios y los hombres renunciar a su dañina acción.
La atracción era porque una patrulla de la Uniformada logro atrapar a dos individuos reincidentes en robos diversos.
Se trata de los nombrados Robert de la Cruz Martínez de 44 años y de Eustaquio Francisco Then Reyes (Alias Pancho), de 39.
Ambos fueron acusados de robar una mula propiedad de un agricultor de nombre Wilson Batista, residente en la comunidad de Sabaneta del Caño.
El robo ocurrió el domingo 30 de agosto y desde entonces, según supo http://www.vidadominicana.com/ el propietario de “la pobre mulita” había hecho contacto con los ladrones para que le devolvieran el cuadrúpedo, pero estos presuntamente se negaban.
Robert de la Cruz, dijo que alegadamente compro la mula por tan solo 9 mil pesos a un tipo que vive en el municipio de Cabrera, pero que no sabe quien es porque nunca lo había visto.
Dijo que llevo el animal hasta la comunidad de Telanza, en donde lo amarro y que no se la devolvió a sus dueños porque estos solo le hablaban de darle 3 mil pesos, y que eso era muy chin.
El dueño del cuadrúpedo dijo que su animal costaba más de 20 mil pesos y que ya quienes la robaron la estaban negociando por 7 mil en el municipio de El Factor.
LA POLICIA
La Policía, confirmo que los arrestados han guardado prisión por múltiples delitos que van desde robo hasta organización de viajes ilegales.
Informo que los individuos luego de robar la mula, penetraron a una finca robaron coco y de paso robaron dos arganas, las llenaron de coco y cargaron con el producto.
Serán sometidos a la acción de la justicia en las próximas horas.
En tanto que una fiscal, ordeno cerca del medio día de este martes, que la mula fuera fotografiada y entregada a su dueño para que le diera de comer, ya que se veía desesperada y en el cuartel no hay hierva, ni nada por el estilo que le guste comer a un tipo de cuadrúpedos como este.
El propietario Wilson Batista, se presento en un motor junto a un pariente menor con el fin de conducir a la Mula hacia un lugar para que se alimentara.
Se dijo que tras el sometimiento, en el juicio no seria presentado el animal, ni no las fotografías que fueron tomadas durante la mañana.
Esta situación, provoco que numerosos curiosos permanecieran en el destacamento policial, para enterarse hasta el final.
Muchos, hasta se olvidaron que tenían otros compromisos y al parecer solo querían saber cual seria el destino final de la Mula, la que mostraba una evidente contentura luego de reencontrarse con su dueño.
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