lunes, 30 de marzo de 2009

Advierte hay proceso de desaceleración económica en RD y posible recesión


MEDELLIN, Colombia.- El secretario de Hacienda de la República Dominicana advirtió este lunes que la República carece de capacidad financiera para proteger a los sectores sociales más vulnerables "lo que está provocando, de manera acelerada, una peligrosa crisis social que podría desembocar en un grave problema de gobernabilidad".

Al hablar ante la 50 Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Medellín Colombia, el ministro caribeño indicó que los logros obtenidos por su pais "enfrentan una grave amenaza, con el agravante de que la economía dominicana experimente un proceso de desaceleración que podría desembocar en una recesión si el Estado, a través del gasto público, no expande la demanda interna".

El discurso


El texto del discurso de Vicente Bengoa, que el propio ministro remitió a desde Medellín, es el siguiente:

Quiero enviar en nombre del Gobierno dominicano, y en particular del Presidente Leonel Fernández, un saludo fraterno al pueblo y al Gobierno colombiano, y al mismo tiempo, felicitarlo por escoger a esta bella ciudad de Medellín para la celebración de esta Quincuagésima Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Vigésima Cuarta de la Corporación Interamericana de Inversiones.

Asimismo, saludamos el ingreso como el miembro número cuarenta y ocho del BID de la República Popular China, al conmemorarse este cincuenta aniversario.

También, vayan mis felicitaciones al Presidente Luis Alberto Moreno y su Administración, por el desempeño financiero del BID en el 2008, al aprobar 125 nuevos proyectos por un monto de US$11,263 millones.

De éstos, 112 proyectos fueron de inversión, lo que constituye el mayor número de préstamos en la historia del Banco, tanto en monto como en cantidad de operaciones; pero sobretodo, quiero reconocer a la actual administración del BID por habilitar la Línea para la Sostenibilidad del Crecimiento por US$6,000 millones, la cual ha servido de apoyo a los países miembros más afectados por la reducción del crédito de la banca internacional.

En la XLIX Asamblea, celebrada el pasado año en Miami, destacaba los avances que había tenido la República Dominicana en los últimos años y expresé textualmente:

“La inflación anualizada, a junio de 2004, fue de 60.5%; el promedio de los últimos tres años alcanzó a 8.8% y si le restamos el efecto del petróleo, apenas representa el 5%.

“Las reservas líquidas del Banco Central aumentaron de US$-71.0 millones en julio de 2004 a US$1,600 millones a diciembre de 2007, y las brutas a US$3,000 millones.

“Pusimos al día la deuda externa después de haber alcanzado atrasos por US$324 millones, incluyendo a los organismos multilaterales de financiamiento y e1 balance fiscal del Gobierno pasó de un déficit de -2.4% del PIB en el 2004 a un superávit de 0.3% del PIB en e1 2007”.

En el 2005, 2006 y 2007, el PIB creció en promedio 9.5%. Hoy, nuestra situación ha variado en sentido contrario. En el 2008, crecimos 5.3% y este año proyectamos un incremento del PIB de apenas un 3%.

Los logros obtenidos enfrentan una gran amenaza, con el agravante, como se puede apreciar, de que la economía dominicana experimenta un proceso de desaceleración que podría desembocar en una recesión, si el Estado -a través del gasto público- no expande la demanda interna.

Debido al shock externo del año pasado, el cual nos afectó por dos vías: tanto por el precio del petróleo como por los precios de los alimentos e insumos agrícolas, pasamos de un superávit fiscal de 0.3% en el 2007 a un déficit de -3.4% del PIB en el 2008.

En lo que va del 1 de enero al 26 de marzo de este año, se ha producido un faltante sin precedentes de aproximadamente un 7%, al comparar las estimaciones de los ingresos internos con las recaudaciones, lo que limita la capacidad del Gobierno para compensar la caída en la actividad privada y estimular la economía, vía el incremento del gasto público.

Pero lo más preocupante es la falta de capacidad financiera del Gobierno para proteger a los sectores sociales más vulnerables, lo que está provocando, de manera acelerada, una peligrosa crisis social que podría desembocar en un grave problema de gobernabilidad.

Esto que está sucediendo en la República Dominicana es similar a lo que ocurre en el resto de América Latina, con las variantes y características propias de cada país.

Si la región cae en una profunda recesión, las posibilidades de que Estados Unidos empeore su situación son muy altas, ya que, de acuerdo a cifras de las Naciones Unidas, los bienes y servicios importados por América Latina provenientes de Estados Unidos han representado en la última década más del 40% del total importado por nuestros países, excluyendo el petróleo, y esto significa que, una reducción en el consumo de los países latinoamericanos impactará negativamente en la producción estadounidense.

El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Tim Geithner, fue muy elocuente al comparecer el 12 marzo de 2009 ante la Comisión de Presupuesto del Senado cuando señaló que la economía norteamericana sufre una falta severa de demanda agregada, que ha generado un enorme desempleo y que esto podría empeorar “por una contracción de la demanda de muchos de nuestros socios comerciales claves”.

Y nosotros agregamos –tal como se ha señalado- que en los cincuenta años de existencia del BID, por cada dólar que el Banco ha prestado a Latinoamérica, ésta ha comprado cuatro dólares a las naciones industrializadas.

En consecuencia, si América Latina experimenta un proceso de desaceleración económica que impacta negativamente en las recaudaciones fiscales, los Gobiernos, para mantener el mismo nivel de inversión pública e incrementar los programas sociales, es obvio que la única salida que tienen es recurrir al financiamiento.

Pero como el crédito de la banca privada está prácticamente cerrado debido a la crisis financiera internacional, es aquí, precisamente, donde se pone de manifiesto la capacidad de financiamiento anti-cíclica que posee el BID para la región; pero para eso, el Banco necesita aumentar su capital ordinario.

Por tales razones, proponemos que se haga un aumento mínimo de 180 mil millones al capital ordinario del Banco, que permita al BID incrementar el nivel sostenible de préstamos a 18,000 mil millones de dólares por año a nuestra región.

Un aumento de capital de este monto apenas representa una suma a pagar en cuatro años de 7,200 millones de dólares, la cual es evidentemente irrisoria si la comparamos con los más de 700 mil millones de dólares que sólo los Estados Unidos ha inyectado a la economía de ese país.


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