Puerto Príncipe, (EFE)- Las esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros de Puerto Príncipe se reducen con rapidez no sólo por el paso del tiempo, sino por la subida de temperaturas registrada hoy, que acelera la deshidratación de los cuerpos.
Expertos en rescate de supervivientes dijeron hoy a Efe en el aeropuerto Toussaint Louverture de la capital haitiana que los dos primeros días tras el terremoto hubo mayores esperanzas, pues la temperaturas, aunque calurosas, no han sido muy altas, pero hoy el cielo amaneció sin nubes y el sol calentó con fuerza la ciudad, lo que agrava la situación.
El doctor Eloy García Mondragón, médico del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUME), de la Ciudad de México, explicó que "las esperanzas de encontrar gente con vida son muy bajas", por lo que las personas que no sean rescatadas hoy tendrán escasas posibilidades de salvarse.
El ERUME mexicano llegó hoy a Puerto Príncipe con un equipo de 22 personas, perros y equipos especializados, y partió de inmediato a la zona que se le ha asignado para buscar entre los ruinosos edificios.
Pese a las expectativas poco alentadoras, los miembros del Equipo de Búsqueda y Rescate número 2 de Florida, llegados con tres grupos de trabajo con la misma misión, mostraban aún cierta esperanza.
Uno de los responsables del equipo, Joe Fernández, dijo a Efe que "mucha gente se comunica con familiares que están atrapados entre los cascotes, otros mandan mensajes de texto por teléfono móvil", por lo que todavía es posible encontrar personas.
El grupo, perteneciente a los Bomberos de Miami, está formado por un total de 85 personas entre rescatistas, ingenieros, guías de perros adiestrados para el rescate, médicos y paramédicos. Además, cuenta con equipos pesados para destruir estructuras de hormigón.
También hay equipos españoles, como el de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, que ayer salvó de morir entre las ruinas a una niña de dos años y hoy trabajaba en nuevos intentos por encontrar gente con vida, dijo uno de sus miembros, Isidoro González.
Dicho grupo está formado por diez bomberos que trabajan con tres perros adiestrados, cuatro agentes de la Policía Nacional y otros tantos de la Guardia Civil.
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