La Policía dispersó con gas pimienta a un grupo de conductores del conchó que trataba de pinchar las gomas de los camiones de empresas ubicadas la zona sur de Santiago.
SANTIAGO, República Dominicana.- Varios chóferes de la ruta L de Santiago se encadenados a un vehículo como parte de la protesta que por cuarto día mantiene paralizado el transporte entre Santiago y los barrios de Matanzas y Palo Amarillo, en demanda de la reparación de la carretera que une esas comunidades con la Ciudad Corazón.
Los manifestantes se encadenaron al vehículo estacionado en uno de los puntos más deteriorados de la carretera.
Además, decenas de conductores de las rutas del concho también trataron de bloquear la carretera con sus vehículos, pero sus intenciones fueron frustradas por la presencia de los agentes del cuerpo Swat de la Policía, que lanzaron gas pimienta para dispersar a los manifestantes.
Algunos de los promotores del paro lanzaron clavos y otros objetos para ponchar las llantas de los camiones de las empresas que están ubicada en la zona, por lo que agentes de la Policía arrestaron a varios de los manifestantes.
Al mediodía de este jueves los conductores de la ruta L se mantenían encadenados como recurso de protesta para llamar la atención de las autoridades.
Teobaldo Almonte, secretario general de la ruta L, advirtió que no se desatarán hasta que los responsables de asumir la obra se presenten para recomenzar la obra.
A pesar de las advertencias hechas por el jefe del Comando Cibao Central de la Policía, general de brigada, Francisco Abreu Montes de Oca de que la huelga debía terminar “a la buena o a la mala”, los moradores de las comunidades y los operadores de las rutas no ceden en sus manifestaciones.
Durante los primeros días de la protesta, los choferes bloquearon el lunes por completo la carretera, impidiendo que los residentes llegaran a sus centros laborales, mientras que varias empresas tuvieron que cerrara sus actividades ante la ausencia de trabajadores.
En el segundo primer día de la protesta, cuatro personas resultaron heridas y 12 fueron detenidas por agentes de la Policía que dispersaron con gases lacrimógenos a los manifestantes.
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SANTIAGO, República Dominicana.- Varios chóferes de la ruta L de Santiago se encadenados a un vehículo como parte de la protesta que por cuarto día mantiene paralizado el transporte entre Santiago y los barrios de Matanzas y Palo Amarillo, en demanda de la reparación de la carretera que une esas comunidades con la Ciudad Corazón.
Los manifestantes se encadenaron al vehículo estacionado en uno de los puntos más deteriorados de la carretera.
Además, decenas de conductores de las rutas del concho también trataron de bloquear la carretera con sus vehículos, pero sus intenciones fueron frustradas por la presencia de los agentes del cuerpo Swat de la Policía, que lanzaron gas pimienta para dispersar a los manifestantes.
Algunos de los promotores del paro lanzaron clavos y otros objetos para ponchar las llantas de los camiones de las empresas que están ubicada en la zona, por lo que agentes de la Policía arrestaron a varios de los manifestantes.
Al mediodía de este jueves los conductores de la ruta L se mantenían encadenados como recurso de protesta para llamar la atención de las autoridades.
Teobaldo Almonte, secretario general de la ruta L, advirtió que no se desatarán hasta que los responsables de asumir la obra se presenten para recomenzar la obra.
A pesar de las advertencias hechas por el jefe del Comando Cibao Central de la Policía, general de brigada, Francisco Abreu Montes de Oca de que la huelga debía terminar “a la buena o a la mala”, los moradores de las comunidades y los operadores de las rutas no ceden en sus manifestaciones.
Durante los primeros días de la protesta, los choferes bloquearon el lunes por completo la carretera, impidiendo que los residentes llegaran a sus centros laborales, mientras que varias empresas tuvieron que cerrara sus actividades ante la ausencia de trabajadores.
En el segundo primer día de la protesta, cuatro personas resultaron heridas y 12 fueron detenidas por agentes de la Policía que dispersaron con gases lacrimógenos a los manifestantes.
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