RIO DE JANEIRO, Brasil.- Esta ciudad fue azotada este martes por las peores lluvias en tres décadas que dejaron 95 muertes, destrozaron casas y convirtieron sus calles en ríos. Los aguaceros obligaron a cerrar sus dos aeropuertos y tuvo a millares de personas presas en automóviles y autobuses por la inundación de las calles, lo que generó dudas sobre sus condiciones para ser sede del mundial de fútbol de 2014 y las Olimpiadas de 2016.
Las 95 muertes ocurrieron en la ciudad de Río y localidades vecinas, principalmente a causa de deslizamientos de tierra que sepultaron viviendas en comunidades pobres, dijo un portavoz de los bomberos que no se identificó por política de la institución. La fuente anticipó que el número de víctimas podía subir debido a las continuas lluvias.
"Infelizmente, las personas que mueren en estas tragedias son los pobres, por eso tenemos que ser muy duros en impedir que se construyan casas en áreas de riesgo", declaró el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral.
Cabral decretó tres días de duelo en el estado por las víctimas de la tragedia.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, Eduardo Paes, indicó a periodistas que hay 10.000 residencias en áreas de riesgo, como laderas y cerros, por lo que llamó a estas personas a dejar sus casas y permanecer con vecinos o familiares.
Ante el tumulto vivido en la ciudad costera, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva descartó los temores de que Río no esté en condiciones de organizar los grandes eventos deportivos que tiene previsto.
"Río está preparada para organizar esos eventos con mucha tranquilidad", declaró Lula a periodistas al salir de un hotel en la ciudad. "No llueve así todos los días, cuando sucede tenemos que rezar para que no vuelva a ocurrir".
En el mismo tono, el comité organizador de los juegos olímpicos de Río reafirmó rápidamente su respaldo a la ciudad para organizar las olimpiadas del 2016.
"Se trata de un hecho meteorológico de naturaleza extraordinaria que puede ocurrir en cualquier ciudad del mundo", expresó desde Suiza el presidente del Comité Río 2016, Carlos Arthur Nuzman, quien se mostró satisfecho por la rápida respuesta de las autoridades locales a la tragedia.
Miles de personas esperaban autobuses en medio de la lluvia, mientras otras estaban atrapadas en autobuses y automóviles, con el tránsito paralizado por la inundación de las principales vías de la ciudad, convertidas en ríos.
En medio del caos, el gobierno local pidió a los pobladores permanecer en casa mientras la mayor parte de las dependencias públicas y centros educativos de la ciudad no operaron.
"No es recomendable que las personas salgan de casa. Queremos preservar vidas. Las personas van a correr riesgos y complicar el trabajo de la alcaldía", expresó el alcalde Paes.
Advirtió que hay previsión de más lluvias, por lo que pidió a las personas en áreas de mayor riesgo de deslizamiento que dejen sus casas y vayan donde vecinos y familiares en zonas seguras.
Lula, quien llegó a Río el lunes en la noche, para una serie de actividades, canceló su programa de visitas el martes temprano, cuando tenía previsto inaugurar obras en una barriada pobre.
El ministro de las Ciudades, Marcio Fortes, dijo que Lula estuvo acompañando los acontecimientos en Río con las autoridades locales y puso a disposición ayuda del gobierno federal, incluyendo helicópteros de la Fuerza Nacional de Seguridad para apoyar tareas de rescate.
"Nunca vi nada como esto", comentó el taxista Claudio Ribeiro, de 24 años, tras ocho horas preso en el tránsito paralizado.
"Dígame, ¿cómo esta ciudad va a albergar las olimpiadas? ¡Mire este caos! Llevo ocho horas atrapado aquí y no sé cuándo podré llegar a casa", lamentó el conductor.
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