miércoles, 3 de febrero de 2010

Anarquía sigue reinando en las ayudas enviadas a Haití


Puerto Príncipe, 3 feb (PL) Luego de tres semanas del terremoto que devastó esta capital y otras ciudades del país, el gobierno haitiano continúa atado de pies y manos para ordenar la caótica ayuda internacional. Como salpicaduras, las cargas son despachadas en calles y edificaciones, más a tono con la voluntad de las Organizaciones No Gubernamentales que las acarrean, que con los cálculos de necesidades del Ejecutivo haitiano y grupos de la sociedad civil.

Una vez más, el primer ministro, Jean Max Bellerrive, dio la alarma sobre el caos y expresó la frustración del gobierno de René Preval, al sentirse incapaz de poner en orden el concepto de piñata que sigue presente en la distribución de los alimentos y otros bienes destinados a los damnificados.


Esta es la cuestión más sensible de la crisis en este momento, que conlleva a la desilusión de la población y también a la frustración del Gobierno, indicó este martes Bellerrive.

Según la oficina humanitaria de Naciones Unidas, un grupo armado llegó incluso a atacar una caravana de comida proveniente del aeropuerto Jeremie, ubicado al suroeste del país.

Fuerzas de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH) realizaron disparos al aire y de acuerdo con el parte, no hubo heridos.

Reina anarquía

Una simple mirada a parques y plazas convertidos en insalubres asentamientos humanos luego del sismo, permite observar la anarquía que continúa reinando en la organización del apoyo internacional.

Aún cuando la política gubernamental es trasladar a las personas concentradas en esas áreas hacia las afueras de la urbe, ciertas fundaciones decidieron facilitar casas de campaña a las familias ahí reunidas, tal vez con el ánimo de paliar sus pésimas condiciones de vida.

Sin embargo, este mejoramiento podría viabilizarse a tono con la estrategia del Ejecutivo, de crear campamentos más de allá de Puerto Príncipe, tal como ha hecho la Fuerza de Tarea Haití.

Esta, por mandato del presidente venezolano, Hugo Chávez, y con el apoyo de otros países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), erigió una nueva comunidad en Leoganne.
Ese asentamiento, concebido como un proyecto social, que incluye una infraestructura para la alimentación, salud, educación, recreación y otras condiciones de vida, entre ellas las higiénicas, es el primero de otros que se erigirán por el ALBA fuera de la capital.

Aunque las señales de recuperación no desaparecen, adquieren paso de tortuga, con altas y bajas, entre ellas la recogida de basura y escombros, la entrega de agua y el expendio de combustible.

Si bien en algunos de los asentamientos ubicados en las partes más altas de la urbe hay mejoría en estos servicios, en otros enclavados en las zonas bajas vuelven a sobresalir las montañas de desechos y el
desespero por la ayuda que no llega.

Personas hacen filas

Cientos de personas que tienen familiares en el exterior y carecen de teléfonos hacen filas frente a las empresas que viabilizan llamadas allende los mares, para intentar comunicarse con sus parientes y solicitarle algún incentivo para sus exprimidos bolsillos.

Otros cientos retornan cada mañana a los bancos, ansiosos por saber si llegó la esperada remesa, y en muchos casos retornan desilusionados a sus casas o improvisadas tiendas de campaña sin tener una idea de cómo hacer frente al porvenir.

En las calles de Haití continua la lucha por la vida. La emisora Radio Señal hace llamados para hacer frente a los especuladores, quienes multiplican los precios de numerosas mercancías.

Incluso, no es extraño encontrar en las llamadas "Marché" (mercados informales) sacos de arroz que llegaron en cargas humanitarias por el sismo, y son vendidos al detal.

En medio de la anarquía existente, el gobierno de Preval anunció algunos pasos, entre ellos la formación de un Ejecutivo de crisis, en el cual serán redefinidas las misiones de los ministros o se creará un comité nacional orientado a la emergencia.

Agenncia de ONU reunió US$230 millones para Haití

Naciones Unidas, 3 feb (PL) El Programa Mundial de Alimentos (PMA) reunió hasta ahora 230 millones de dólares para asistir a las víctimas del terremoto que asoló Haití hace tres semanas, se informó hoy en la sede de la ONU.Según Josette Sheeran, directora ejecutiva de esa agencia de Naciones Unidas, el mundo ha salvado numerosas vidas en ese país caribeño, donde el seísmo del pasado 12 de enero dejó un saldo preliminar de 200 mil muertos y 190 mil heridos.

La funcionaria garantizó que el PMA continuará la distribución de alimentos en Haití durante todo el año 2010, operación que conllevará un costo estimado de 800 millones de dólares.




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