miércoles, 14 de abril de 2010

La Perseverancia es la clave del triunfo


Por: Andrés Hernández (Sacerdote)
Vivía en la antigua Grecia, fue víctima de todo tipo de injusticias, engaños y vejaciones, trató de defenderse con toda la fuerza de su alma. Lo hizo desde la tribuna, pero sus arengas eran un verdadero fracaso.

Era tartamudo y se avergonzaba ante la burla de sus amigos y enemigos. Su aspecto físico era flacucho y enclenque. Demóstenes no se rindió ante la burla y el fracaso, hizo de la perseverancia su más fiel compañera y amiga.


Consiguió fortalecer su voz y su pecho, corrigió sus gestos, llenaba su boca de piedritas y practicaba una y otra vez frente al murmullo de las olas del mar, hasta llegar a ser el mejor orador de la antigua Grecia.

Así son las cosas de la vida pocas personas se acercan para ayudarnos a crecer y a superarnos, la mayoría están siempre atentos a nuestros defectos y cada vez que pueden nos estrujan en la cara nuestras debilidades y defectos, nos quieren acomplejar, si vemos hacia adentro nos daremos que tenemos mucho defectos y que estamos llenos de insatisfacciones, pero sólo aquellos que perseveran logran las metas que se trazan en la vida.

Si Demóstenes no hubiese perseverado en lograr lo que deseaba, hoy nadie lo mencionara, querido lector(a) hay que ser perseverante en la vida porque la perseverancia se constituirá en una fuerza de energía incalculable para nuestra realización personal.

No te rindas antes de iniciar el esfuerzo fundamental que te puede llevar al éxito. La perseverancia será el lubricante que hace posible que el cerebro pueda encontrar el camino a seguir para lograr lo que deseamos en la vida. Perseverar es correr tras el triunfo sin desmayar.

Es afrontar las situaciones sin importar su intensidad. Cierra el oído al desaliento. Confía en ti mismo y avanza en tus propósitos. Cada quien es autor de su propia suerte.

Recuerda que esta energía que produce la perseverancia será más fuerte si viene acompañada de la fe en Jesucristo, confíale a Él tus metas y deseos personales y no quedará defraudado.

Señor Jesús tu que fuiste ejemplo de perseverancia en hacer la voluntad del Padre, danos la fuerza que necesitamos para superar aquellas cosas que aún no alcanzamos a pesar de nuestra perseverancia.

Les bendice P. Andrés Hernández C.


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