Río San Juan.- El sueño cumplido de rodar su moto Ninja por las carreteras de este municipio terminó en tragedia este sábado para un joven de 17 años, apenas tres días después de haberlo hecho realidad.
Ilusionado con su sueño, Edwin Rafael Domínguez juntó todos sus ahorros en Estados Unidos, compró una moto Yamaha 650 y la embarcó a su natal Río San Juan. La buena noticia sobre la llegada de la moto al país le llegó hace varias semanas.
Rebosante de alegría, el adolescente preparó unas vacaciones y llegó a su pueblo a mediados de la pasada semana. Inmediatamente cogió su motor azul y comenzó a probarla. Un inconveniente causado por el tiempo de embarque hizo que la batería del vehículo perdiera la carga, obligando al joven a adquirir una nueva.
Sin embargo, la fiebre por probar su moto lo hizo ingeniársela para encenderla empujándola. Ayudado por un amigo, encendió el motor y emprendió viaje rumbo a Gaspar Hernández para adquirir la batería. No valieron los consejos de su padre Rafael Domínguez, el popular Bazaza, para que no hiciera el viaje en el motor.
Quizás por una mala corazonada, desde temprano el padre le decía que no usara la moto.Y al ver que no era muy experto, le ofreció una camioneta para que hiciera el viaje. Pero no, ya estaba marcado por el destino. El joven rechazó la oferta y optó por irse en su motor sin saber que la muerte lo asechaba.
Y efectivamente, el viaje duró muy poco, alrededor de las 4:45 de la tarde del sábado, a pocos kilómetros del centro de Río San Juan, justo en la primera curva después del puente, el joven perdió el control de la moto, estrellándose estrepitosamente contra una alambrada, y acabando con su vida.
Moribundo, Edwin fue llevado al hospital público Desiderio Acosta, donde los médicos, al ver su estado, recomendaron trasladarlo a un hospital de Puerto Plata, pero no pudo llegar a tiempo, muriendo en el camino.
Su compañero de viaje, identificado sólo como Moreno, tuvo mejor suerte, y aunque se encuentra grave en un hospital de San Francisco de Macorís, sigue con vida.
Los restos de Edwin fueron velados en la residencia de sus padres, en la calle Primera del barrio del Hospital, donde esperaron la llegada de su madre y un hermano, quienes inmediatamente se enterraron de la desgracia salieron desde Boston rumbo a este municipio para darle cristiana sepultura.
Su cadáver finalmente fue enterrado a la 5:00 de la tarde de este domingo en el cementerio municipal de Río San Juan, dejando así los sueños truncados de un joven que soñó con ser un gran líder.
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